Etiquetas
Este fin de año fui a pasarlo a casa de un primo que se mudó recientemente a Paraná, provincia de Entre Ríos. Yo no conocía así que fue toda una novedad. Obviamente no me hospedé en un hotel, pero en la oficina de turismo me pasaron información.
Hay tres empresas de micros que viajan a Paraná: Flecha Bus (la mejor y la más cara), Costera Criolla y El Rápido Tata-Empresa San José. Yo viajé por esta última porque tenía más horarios, pero tiene un servicio irregular. El viaje de ida fue un espanto: salimos con atraso, tardamos un montón, no nos dieron nada (ni un mísero alfajor ni pasaron una película) y el baño era un asco. La vuelta, en cambio, fue muy distinta: vianda, tres películas, baño con papel higiénico y jabón líquido, mejores asientos. Raro.
Todos los micros van desde Retiro por Santa Fé así que uno tiene la oportunidad de atravesar el famoso túnel subfluvial que va por debajo del río Paraná.
¿Qué se puede hacer en la ciudad? Pasear por la peatonal, visitar la catedral de 1883 -y asombrarse de noche con las bandadas de golondrinas- y los museos (cuando yo fui estaban todos cerrados por asueto administrativo así que no puedo recomendar ninguno) y pedir un helado de dulce de leche en Da-Col, frente a la plaza principal.
Si quieren un poco más de verde, lo mejor es la parte vieja del Parque Urquiza, con diseño de Carlos Thays. Si bien está un poco abandonado, es una gran experiencia perderse entre las serpenteantes escalinatas de piedra, los muros castellanos y los canales de agua. Desde arriba de las barrancas, la vista del río es espectacular. Es casi una obligación sacarse una foto en la estatua del Yaguareté. También pueden recorrer el rosedal y el anfiteatro.
Se puede caminar por la costanera, ir al mirador de Toma Vieja y ver el atardecer en las playas del Thompson. No tiene desperdicio.
Los fines de semana pueden hacer un paseo en catamarán por el río, pero si van un día de semana como yo, todos los días después del mediodía salen lanchas del muelle ubicado junto a la oficina de turismo. Yo fui con la empresa «Doña María». Hasta el viernes, el paseo de una hora salía $60 por persona. Si son muchos es mejor reservar. Pueden preguntarles a ellos cómo ir al islote Curupí, un sitio virgen en medio del río.
Finalmente, deben ir al puerto a comer pescado fresco. Nosotros no lo hicimos, aunque en Live Rock comí una boga en milanesa con papas noisette. Lo bueno es que el restaurant tiene un balcón donde uno puede comer mirando a la plaza o a la peatonal.