Después de mucho tiempo sin escribir, vuelvo al ruedo con mi último viaje. Estas vacaciones de invierno viajé a Perú, más específicamente a Cusco y Machu Picchu.
Algunas consideraciones generales:
♦ De junio a septiembre es temporada alta, así que todo está lleno de turistas. Según el servicio conviene reservar o comprar por anticipado. En especial, las entradas a Machu Picchu. Las mismas son limitadas, más aún las que incluyen Huaynapicchu (con dos turnos por la mañana) o la montaña Machu Picchu. Por las dudas yo compré mi boleto en la página del sitio: http://www.machupicchu.gob.pe/ Tengan en cuenta que Huaynapicchu requiere una reserva de dos meses de anticipación.
De diciembre a marzo es la temporada de lluvias, por lo que si bien es más barato y hay menos gente, no es recomendable. La temporada de lluvia puede ser peligrosa, con aludes y desbordes de ríos. En el 2010 la crecida del río Vilcanota obligó a cancelar los viajes a Machu Picchu.
Otoño y primavera son las mejores fechas.
♦ No hacen falta vacunas si uno viaja solamente al sur, donde la altura supera los 3000 metros. Tengan en cuenta el mal de altura: mucho mate de coca y si eso no funciona, pueden comprar en cualquier farmacia de Perú «Sorojchi Pills». No comer mucho apenas uno llegue, ni cansarse en demasía. Tomar mucha agua y descansar hasta aclimatarse a la altura.
La medicina en Perú es muy cara así que es recomendable viajar con un seguro médico. En mi breve estadía, vi a mucha gente enferma (cosa que no me había pasado en otros viajes).
NO tomar agua de la canilla ni lavarse los dientes con ella. El agua debe ser hervida para beber (o comprar agua mineral). Evitar las ensaladas de verduras crudas por la misma razón.
♦ Ir con paciencia. La mayoría de los museos e iglesias no permiten sacar fotos en su interior. Y muchas iglesias cobran entrada, a menos que uno vaya durante la mañana que es cuando se ofician las misas.
♦ Cusco no tiene aeropuerto internacional así que obligatoriamente todos los vuelos van a Lima donde se realiza el trámite migratorio.
Yo fui en un vuelo de LAN que salía de Ezeiza de madrugada. Fui al aeropuerto con la empresa Tienda de León, que trabaja todos los días y a todo horario. Aunque yo había comprado el vuelo a Cusco (con Lima casi como una escala) tuve que recoger mi valija, pasar por migraciones y hacer de nuevo el check- in en Lima. Todo en poquísimo tiempo. Fue muy cansador. Por suerte el viaje Lima-Cusco es de tan sólo una hora y por la ventanilla pude disfrutar del paisaje espectacular de las montañas.
En el aeropuerto de Cusco no conviene tomar el primer taxi sino alejarse un poco y regatear. Yo no soy muy buena regateando, pero logré el viaje por 10 soles (allá no existe el taxímetro). También hay un colectivo que va hacia el centro, pero estaba muy cansada para buscarlo.
Plaza de Armas, Cusco
Me hospedé en La Posada del Viajero, un hostal ubicado a una cuadra y media de la Plaza de Armas. Es muy económico e incluye: desayuno, uso libre de la cocina, mate de coca a toda hora, internet y wifi, habitaciones con agua caliente y televisor con cable. Aunque en Cusco hace frío por la noche y las habitaciones no tienen calefacción (creo que sólo los hoteles de varias estrellas tienen calefacción), no pasé frío con mis tres frazadas y una colcha!
Es un poco ruidoso por la mañana, cuando la gente se dispone a viajar a Machu Picchu o a empezar el Camino del Inca (y arrastran los bolsos por los pisos de madera), pero eso no es culpa del hostal o de las chicas que lo manejan. En Cusco amanece temprano así que es bueno pensar que levantarse a las 6:30 de la mañana puede traer algún beneficio.
El primer día estaba muy cansada así que no hice mucho. Fui a comer a El Encuentro, un restaurant vegetariano con menúes muy baratos que rondan los 7 u 8 soles. Tiene dos sucursales y en las dos se come muy bien. Recomiendo el pan de ajo y la sopa de olluco. El menú incluye una porción de ensalada, un plato de sopa, un plato principal (siempre hay dos opciones) y té.
Después de almorzar fui a visitar El monasterio de Santa Catalina. Aproveché para comprar la entrada que incluía el Qorikancha. El museo no está mal. Tiene una hermosa colección de cuadros de la escuela cusqueña y la sala capitular es una belleza. Creo que vale la pena sólo por esa sala.
Recorrí la Plaza de Armas y llegué caminando hasta la iglesia San Francisco porque quería pasar a un supermercado. En el centro, el único supermercado grande es el Orión, entre las calles Santa Clara y Unión. Me traje caramelos y hojas de coca, harina de coca, harina de maca y quinoa tostada.
Ese día también compré el boleto turístico que es personal y sirve por diez días. En mi caso me salió 130 soles y sólo me quedaron tres sitios con marcar. Ojo que la página de Cusco no es muy correcta con los verdaderos sitios que incluye el boleto: Ollantaytambo (Valle Sagrado), Pisac, Moray, Chinchero, Tambomachay, Pukapukara, Q’enqo, Saqsayhuamán, Pikillacta, Tipón, Museo del sitio del Qorikancha (no confundir con la entrada al Qorikancha), museo de arte popular, museo municipal de arte contemporáneo, museo histórico regional (Casa Garcilaso), centro Qosqo de arte nativo y monumento Pachacuteq.
Esa noche cené en Los sabores del Inka (Santa Catalina Angosta 160). El menú turístico estaba a 15 soles y comí sopa de quinoa, alpaca a la plancha y limonada.