Cuando bajé en la terminal de Malargüe busqué infructuosamente un taxi para ir al hotel ya que no tenía ganas de cargar diez cuadras la valija. Al final me di cuenta de que las camionetas estacionadas en la puerta funcionaban como taxis. Se llaman «Taxiflet». Me salió $45 ir hasta el hotel así que no es barato. Me hospedé en el Apart Hotel Al Sur, el hotel más económico que encontré. La hotelería es carísima en Malargüe si uno busca una habitación con baño privado. Después de experiencias complicadas en las ciudades de Mendoza y San Rafael, mi estadía en este hotel resultó excelente. La ubicación es perfecta ya que está a una cuadra de la avenida principal. Todo queda medianamente cerca. Bueno, Malargüe es chico. La habitación era amplia y cómoda, con placard, cajoneras, televisor con cable, wifi, ventilador turbo (igual refresca bastante de noche) y baño con ducha caliente (hay que esperar que se caliente el agua). Era limpio aunque cambian las toallas cada tres días salvo que uno solicite lo contrario. ¡Después de no tener toalla eso era un lujo! El desayuno es básico. Si bien lo sirven entre 7:30 y 10, uno puede pedir que lo sirvan antes. No garantizan – eso sí – tener bizcochos ya que dependen de que abra la panadería. Por eso es importante tener un paquete de galletitas de repuesto. Pude utilizar la heladera del comedor.
Si buscan un hostel o una experiencia distinta, les recomiendo el Eco Hostel. No conviene en precio la habitación individual pero, si no les importa compartir, es un sitio espectacular. Se encuentra en las afueras de Malargüe y está hecho en material reciclado. «Separamos la basura orgánica e inorgánica. Lo orgánico lo usamos como comida para animales. El guano de los animales es procesado por las lombrices en el lumbricario. Y el lumbricompuesto producido es utilizado en el invernadero y la huerta. El invernadero está construido con piedras volcánicas de la zona (toba o tosca) y botellas PET. Usamos energía solar para calentar agua y estamos ampliando el uso de energías alternativas, el tratamiento de agua y haciendo mas eficiente el uso del agua.» También aceptan voluntarios que -a cambio de hospedaje- quieran ayudar en la granja.
Ese día visité el Observatorio Pierre Auger que se dedica a recolectar rayos cósmicos, un enigma astronómico y posible fuente de energía renovable. Pasé por la oficina de turismo que está enfrente.
Contraté las excursiones y comí un helado de cereza y naranja en Grido. Tenía hambre así que empecé a buscar algún lugar abierto (la mayoría abre más tarde) para cenar. Estaba antojada de pastas. Al final fui a comer frente a la plaza principal, en el restaurant del Hotel Turismo «Puli Huen». Pastas era el menú del día. Creo que costaba alrededor de $110 con bebida incluida. Me acosté temprano.
La niña encantada
Ese día hice la excursión más completa. Fui con la agencia Choique a Valle Hermoso (lleven repelente). Esa excursión fue filmada por un equipo de Estricta Mendoza, canal 7 de Mendoza. Fue perfecta. Fuimos hacia la cordillera. Primero paramos cerca del río Salado para irnos aclimatando a la altura. Sin embargo, la primera parada propiamente dicha fue en la Laguna Niña Encantada. Detrás del nombre está la leyenda trágica de la princesa Elcha y su amado que prefirieron ahogarse en la laguna antes que separarse. Desayunamos ahí pan casero con membrillo y matecocido.
Pasamos por Las Leñas y paramos nuevamente en el mirador de Valle Hermoso: «El centinela». Impactante. Finalmente, y después de muchas curvas y contracurvas (96 en total), llegamos a la laguna de Valle Hermoso. Un lugar bellísimo. Un paraíso escondido entre montañas. Debe ser mágico acampar y pasar la noche bajo un cielo desbordante de estrellas. Algunos se metieron en el agua (pese a que estaba helada), pero a mí no me sedujo. Almorzamos en el Refugio de Valle Hermoso. La mayoría prefirió chivo con guarnición (dicen que es espectacular) pero a mí no me gusta comer mucho cuando voy de excursión. Comí, en cambio, una hamburguesa a la parrilla.
Después hice con dos chicas una cabalgata a la Laguna de los Patos. El lugar es un regalo para los ojos. No nos quedamos mucho más tiempo en Valle Hermoso. Volvimos a Las Leñas y ahora sí recorrimos el centro de esquí. Luego fuimos hasta el Pozo de las Animas donde paramos a sacar fotos. Es una formación geológica rarísima, catalogado como un ojo de mar. No se sabe a ciencia cierta su profundidad, aunque se estima que en total tendría unos 100 mts.
De ahí fuimos hasta La Valtellina, una casa de té en los Molles. Una verdadera casa de té. Pedimos el menú degustación ($120 c/u) y realmente disfrutamos de toda clase de tortas y postres. Volvimos a Malargüe.
No me quedé mucho en el hotel. Salí rápido hacia el Planetario ya que ese día se podía usar el telescopio. Como había tanta gente únicamente pude ver las Pléyades. Asistí, empero, a una pequeña charla bajo las estrellas. Lo hacen sólo una vez por semana, los viernes.
Se puede ir en auto hasta Valle Hermoso aunque tengan en cuenta que es camino de ripio. En el Refugio de Valle Hermoso hay camping para pasar la noche (sale $100 por persona por día). No creo que haya transporte público hasta allá. Sí hay colectivos hasta Las Leñas pero desde San Rafael (aunque debe haber algún servicio desde Malargüe, imagino). Si bien Las Leñas es un centro de esquí, también tiene actividades para el verano: excursiones, rafting, cabalgatas, tirolesa, paseo en aerosilla, trekking, rappel, etc.
Ese día cené un helado en Anahí.
Al día siguiente tenía la excursión más importante -para mí- en Mendoza, que al final terminó en una experiencia agridulce ya que el chofer estaba apurado y arruinó lo que debía haber sido un día para recordar. Aunque había contratado el tour a Payunia con la empresa Karen Travel (dueña del hotel donde me alojaba), me pasaron a un grupo de Aires de Libertad porque no habían logrado juntar demasiada gente. La culpa no es tampoco de Aires de Libertad ya que los choferes pertenecen todos a una empresa de transportes llamada Expreso Payun. De hecho, muchos me comentaron que se trata de una de las mejores agencias. Los guías, por otro lado, son independientes y no pertenecen a ninguna empresa. Los contratan por el día.
Salimos de Malargüe y nuestra primera parada fue en la Pasarela de Río Grande donde desayunamos unas facturas riquísimas. Se trata de un desfiladero de lava y rocas basálticas. Como en La Payunia no hay baños (ni tampoco en todo el trayecto) tuvimos que improvisar en la naturaleza.
Finalmente llegamos a la Reserva La Payunia, Circuito de volcanes. Es un paisaje marciano con un promedio de 10,6 volcanes cada cien kilómetros cuadrados y con 800 conos contados. Se destaca el gigantesco volcán Payún Matrú de cono aplastado y cráter de 8 kms de diámetro. Hay coladas de basalto y campos piroclásticos de diversos colores. El volcán Payún Liso es el más vistoso (3680 mts). Nos internamos en Pampas Negras (un arenal negro de lava fragmentada) y en el Cerro Las Bombas.
Almorzamos tartas de acelga y jamón y queso -muy ricas, por cierto- en Real del Molle (un asentamiento precario temporario usado por los pobladores de la zona, coronado por un alto ejemplar de molle y dos imponentes coladas de lava de distinto origen y composición) evitando a las abejas. Luego subimos hasta el cráter del Volcán El Morado. Todo un espectáculo.
Ahí emprendimos el regreso aunque se suponía que la excursión duraba un total de 12hs. No nos explicaron mucho así que no sé si visitamos (como se suponía) el volcán Santa María y su desplazamiento de roca fundida de 17 Km. llamado Escorial de Media Luna, La Herradura, el volcán Morado Sur… El Museo de Cera lo pasamos pero no paramos porque la guía dijo que no era importante.
En vez de detenernos a merendar en un pintoresco puesto de crianceros de chivos seguimos hasta las afueras de Malargüe donde paramos unos minutos a comer las facturas que quedaban e ir al baño en un basurero junto al río. No, no lo que esperaba tras haber pagado tanta plata (no hay manera de ir por cuenta propia a la reserva, ni aunque tengan auto). Después de dos horas corriendo sobre camino de ripio sólo tenía ganas de llorar. Nada de detenernos a sacar fotos en el mirador de los volcanes. El chofer tenía prisa por llegar y no escuchó a la guía. No le importó nada.
Pedí que me dejaran en la terminal donde compré el pasaje de vuelta a la ciudad de Mendoza. Compré comida en el cercano supermercado Vea: lengua a la vinagreta con ensalada rusa. El supermercado Vea es una opción si uno quiere ahorrar en restaurantes.
Esa noche me acosté con bronca. Luego hablé con la agencia de turismo y dijeron de compensarme cuando vuelva a Malargüe. No sé qué agencia recomendarles. Lo mejor sería ir en 4×4. Por otro lado me dijeron que el dueño de Payunia Travel es un enamorado de este circuito. El tema es que después no los deriven. En todas las agencias el tour cuesta lo mismo.
La próxima excursión la hice de nuevo con Choique ya que me permitía una variante más interesante y no tengo quejas. Éramos pocos y me pasaron a buscar a horario. Desayunamos juntos en la entrada de Manqui Malal. Después no me quedé porque había optado por otra manera de pasar la mañana. En Manqui Malal hay un sendero hasta una cascada de 29 mts. El predio posee restaurant (dicen que las empanadas de chivito son buenísimas), camping y dormis. En la caminata de media hora se descubren restos fósiles como amonites y bivalvos. También se puede hacer escalada en roca y rappel.
Pero como les estoy contando, yo no me quedé a conocer Manqui Malal (no pasé de la entrada). Preferí ir a Turcará Aventura, no lejos de allí. Primero hice una caminata hasta el Cañadón Chorro de la Vieja. La vista panorámica del sendero es para dejarte con la boca abierta (no apto para quienes sufren de vértigo). El chorro no es gran cosa si no ha llovido, pero al final las cárcavas producidas por la erosión del agua producen la sensación de estar en otro planeta. El recorrido es autoguiado y como no había nadie lo hice sola.
Me apuré un poco porque había contratado el paquete de aventura ($400) que incluía muchas actividades. Junto a un hombre y su hijo que se animaron, partimos a que nos pusieran el equipo: arnés, casco, guantes, etc.
Primero pasamos el puente tibetano, la prueba de fuego. Lo pasé sin ningún problema. Luego el guía nos mostró unos fósiles y comenzamos la vía ferrata hasta una cavernita. Pensé que me iba a dar vértigo caminar por un precipicio, pero no. No estás tan en el borde y hay mucha seguridad. Después sí me puse a prueba con el puente comando. Fui la única que se animó y realmente me dio un poco de miedo. Es por el balanceo que se produce al moverte. Además estás a ¡70 mts de altura! No importa que estés aferrado con seguros. No me gustaba la idea de terminar colgando ahí. Pero lo logré. Terminamos el recorrido con dos tirolesas geniales. ¡Quería seguir!!!!
Comí un sandwich que había llevado y me pasaron a buscar para ir a la Caverna de las Brujas. Tengan en cuenta que si no van con tour, tienen que reservar en la Oficina de Turismo. E igual tienen que pagar al guía ya que se entra por turnos. El ingreso está muy controlado. El recorrido por la caverna fue de dos horas y me pareció alucinante. Al terminar tus ojos se acostumbran a la oscuridad. Es una experiencia única. Ojo con tocar las estalactitas y estalagmitas que sino dejan de crecer!
A la salida fuimos a sacar fotos desde un mirador, pero lamentablemente el humo de Chile impidió tener definición en los paisajes.
Ya en la ciudad de Malargüe decidí ir al show de las 20:30 en el Planetario ya que me habían dicho que era muy bueno. El planetario tiene exteriormente la forma de una pirámide. La verdad es que el espectáculo no estaba nada mal. No fui a otros shows porque la entrada está a $70. Es el único planetario digital del país. Super recomendado para niños.
Llegué al hotel y compré empanadas en la rotisería de El Bodegón, frente al restaurant.
Para el otro día yo había reservado (no pagado) una excursión a los Castillos de Pincheira pero se canceló porque la agencia no pudo armar grupo. Estuve averiguando precios de taxis pero claro, al ir sola, me parecía muy caro. Finalmente arreglé en la terminal con un taxista (Samuel) que aceptó llevarme y esperarme una hora.
Castillos de Pincheira es una reserva natural privada (la entrada sale $100) donde uno puede ver una formación rocosa que, por acción glaciaria, asemeja torres de un castillo. Como sólo tenía una hora, hice el sendero más corto hasta la primera cueva. El paisaje es hermoso. Lástima que no pude disfrutarlo mucho. Conviene quedarse a pasar el día. El sitio tiene camping, pileta, parrillas y restaurant. Es interesante pero no volvería.
Le pedí al taxista que me llevara al criadero de truchas en vez de al centro de Malargüe. Por todo el trayecto me cobró $650. Tenía hambre y comer trucha parecía una buena opción. No me equivoqué. No pude pedir el menú completo porque no me quedaba tanto efectivo, pero me armaron algo para que no me quedara con las ganas. Me dieron una empanadita de trucha, paté y una trucha fresquísima al horno con papas. Una delicia. Fue increíble. El sitio también es hermoso.
No había pensado muy bien cómo iba a volver, pero la madre del dueño del restaurant (médica jubilada) ofreció llevarme en taxi al centro. Así de buena es la gente en Malargüe. Un encanto de persona.
A la tarde fui a comprar artesanías baratas en el Mercado Artesanal «Mi viejo almacén», al lado de la oficina de turismo.
Me duché y salí de nuevo a reservar una cena en El Chuma. No se puede reservar por teléfono porque empiezan a cocinar una vez que les pagás la mitad (no confían en los turistas). Me habían recomendado esta parrilla en el hotel. Ahora sí quería comer chivito. No me podía ir de Malargüe sin probarlo!!! Después de pagar la reserva fui a dar una vuelta mientras lo cocinaban. Finalmente llegó. ¡Muy rico! Pagué $270 por el plato de chivo + $25 de una gaseosa. No, económico no es.
Dormí por última vez en Malargüe. Todavía me quedaba una mañana. Había pensado en la posibilidad de ir hasta Manqui Malal con un taxi (no hay excursiones de medio día) pero preferí quedarme en la ciudad y conocerla bien. Fui entonces hasta el Museo Regional de Malargüe (otrora casco de la estancia de Rufino Ortega), el Parque del Ayer… Pasé por el Molino Histórico Nacional y entré en la antigua capilla de 1910 (complejo orteguino). De allí fui hasta la plaza principal y visité la parroquia Nuestra Señora del Rosario. Luego fotografié la pirámide del planetario de día.
El micro a la ciudad de Mendoza salía a las 15:05hs. El resto ya lo saben.
Me quedaron pendientes en Malargüe: La laguna de Llancanelo, el volcán hidromagmático Malacara (¡cerrado al público por una sucesión!), Las termas de Cajón Grande, Las Termas El Azufre y el Paso Pehuenche en la frontera con Chile.
DATOS:
- ¿Sabían que la avenida principal es la continuación de la ruta 40?
- Tierra Firme: excuriones 4×4, Valle Hermoso y Laguna Escondida
- Otros hoteles medianamente económicos (aunque no tanto como Al Sur): Hotel Turismo hotel_turismo_malargue@yahoo.com.ar, Hotel Bambi hotelbambi@hotmail.com
- La Valtellina, en los Molles, también tiene alojamiento. Cerca de la casa de té hay un hotel con aguas termales: http://www.lastermasdelosmolles.com
- ¿Qué hacer en Valle Hermoso? El ingreso al Parador cuesta $50 + $25 por el uso del baño. Se pueden alquilar bicicletas ($100), realizar cabalgatas ($220/350) o caminar hasta los petroglifos con guía ($100). O caminar por cuenta propia y nadar en la laguna. En la misma se pueden realizar deportes acuáticos sin motor, alquilar botes, tablas de surf, kayak y canoas, pescar con mosca.
- Viernes de observaciones en el planetario de Malargüe a las 22hs (actividad gratuita).
- Recuerden que no se puede ir a la Reserva La Payunia sin guía, está prohibido.
- Turcará también cuenta con juegos para niños, restaurant, venta de artesanías, sector de camping y parrillas. Pueden ir en colectivo desde la terminal los días martes, miércoles, jueves y domingos (Cata). La cascada de Manqui Malal está a 5km.
- Cuyam-Co: Criadero de truchas, restaurante, camping, coto de pesca y cabañas. Camino al dique Blas Brísoli, a menos de 9km del centro de Malargüe. cuyamcotruchascesar@gmail.com / dangatica@hotmail.com 260-4661917 /260-4401457 / 0260-4471102
- Desde Malargüe hay dos empresas que viajan hasta la ciudad de Mendoza: Cata y Viento Sur con 5 servicios por día (dos de madrugada). Para ir a San Rafael, por en contrario, hay más servicios porque también viajan Buttini e Iselin. Transporte en Malargüe. Viento Sur va directo a Mendoza, no pasa por San Rafael.
- Si quieren ir hasta Neuquén hay un único servicio pero no sale desde la terminal. Tienen que ir hasta el Club Los Amigos en la avenida San Martín 775. Allí venden los tickets a Neuquén (Buta Ranquil). Tel 0260-4470519. Transportes Leader. Desde Buta Ranquil se puede tomar un colectivo a Chos Malal, un sitio super recomendado y poco conocido. Sino necesitan ir hasta San Rafael.
- Para ir en colectivo a Paso Pehuenche (Argentina) y Talca (Chile) y la zona de Cajón Grande tienen un servicio de la empresa Cata. No sale todos los días y hay un solo horario a las 10 de la mañana. Retorna de Talca a las 14hs.
Mirador de Valle Hermoso